lunes, febrero 1

Escuchar a tu cuerpo

Hace 20 años que corro. Nunca lo he dejado, con la excepción de breves periodos de unas semanas. Puedo decir que forma parte de mí mismo: sencillamente, ya no me imagino sin correr.
Hace años soñaba con hacer grandes marcas, me ilusionaba con ganar competiciones y hacía entrenamientos extenuantes. Todavía recuerdo la sensación del pulso acelerado entre las series, el agotamiento de las largas tiradas de 30 km antes de un maratón, esfuerzo que entonces me parecía purificador.
Ahora, en cambio, corro para disfrutar. Para desconectar. Para sentirme yo mismo. Es verdad que aún me ilusiona tomar la salida en carreras, y por qué no: mirar el reloj. Mejorar tiempos. ¿A qué corredor no le gusta eso, aunque sólo sea por puro entretenimiento?
Desde hace varios años, vivo instalado en la lesión. Un dolor casi crónico en el gemelo y una punzada intermitente en las lumbares. El año pasado me propuse seriamente acabar con ello haciendo analizar mi pisada y encargando unas plantillas. Durante unos meses, fue realmente efectivo. Empecé a progresar lentamente y volví a disfrutar de correr. Una sensación casi olvidada. Pero... las lesiones han vuelto.
El fin de semana pasado corrí los 10 km del barrio de Sant Antoni. Tuve que sufrir para correr en 47'21", un tiempo que no hace muchos años hubieran significado un paseo... y que ahora me suponen una auténtica tortura.
Este fin de semana volví a sufrir esa misma sensación. Después de darme una semana de descanso, me lancé a correr por la montaña... y cometí el error de escoger un circuito lleno de desniveles imposibles. Acabé andando, con las manos apoyadas en las lumbares y los cuadríceps a punto de reventar. 56 minutos para cubrir 8 km... Y yo maldiciéndome por haber escogido un día este deporte. Mmmm... algo no andaba bien.
He decidido hacer lo que siempre he recomendado a todo el mundo: escuchar a mi cuerpo. Este jueves, cita con el podólogo para revisar plantillas. Nuevo vídeo corriendo sobre la cinta. Nuevas conclusiones (espero)...
A partir de aquí, a empezar de cero. A correr sin mirar el reloj. A disfrutar de salidas cortas, de 5 o 6 km. Y así hasta que desaparezcan totalmente las molestias. Los que sabéis lo que es estar enganchado a este deporte sabréis lo desesperante que resulta estar parado. No hace falta ser un deportista profesional para sentir esta pequeña frustración.
Lo dicho: a empezar de nuevo. Poco a poco. Tal vez nos veamos en alguna media dentro de un año. Y tal vez vuelva a mirar el reloj...

4 comentarios:

Mafius dijo...

Hey amigo, me alegra verte escribir esas reflexiones. Escuchar a tu cuerpo es una máxima que tu me repetías una y otra vez cuando yo me iniciaba en esto del running y, cierto es que, en determinadas ocasiones, resulta difícil aceptar que las condiciones en las que afrontamos un pequeño, tal vez insignificante reto, no son las adecuadas. Lo mejor en estos casos es pararse a reflexionar, analizar la causa de los 'problemas' y, como tu bien dices, empezar de cero. Aunque parezca que nos paramos y tengamos la sensacion de que estamos perdiendo el tiempo, esa es precisamente la forma adecuada de ganarlo. Por lo tanto, te animo a que emprendas con decisión el camino hacia el remedio de tus dolores, que seguro será más corto de lo que piensas.
Otra cuestión que quizás no sea del todo relevante, pero que a lo mejor debieras tener en cuenta, es el tema del calzado. Nadie como tú, que llevas un montón de años en este mundillo, sabrá más a cerca de lo que es más adecuado para nuestros pies. Pero sí quiero comentarte que las zapatillas que utilizas me da la sensación de que se acercan más a las conocidas como 'voladoras' que a unas zapatillas con buena amortiguación y estabilidad suficiente como para protegerte de los constantes impactos a los que sometes a tu cuerpo en cada entrenamiento. Me da que esas que usas son poco recomendables para los entrenamientos lentos y rodajes 'largos'. No sé, es sólo una percepción mía.
Bueno, crack, quién te iba a decir a ti que tu discípulo se iba a plantear ni siquiera darte un sólo consejo en este tema, pero nadie mejor que tu propio cuerpo para decirte si el camino que tomas es el correcto o no.

Blogger dijo...

Se agradecen los ánimos, mafius...
Escuchar a tu propio cuerpo es algo que resulta muy fácil de recomendar... y muy difícil de aplicarse.
Lo que dices de las zapatillas... en parte puedes tener razón. De todas formas, uso bastante unas asics de montaña con más refuerzo, sobre todo porque ahora entrenaba mucho por caminos. A ver qué dice mañana el podólogo...
Por cierto, nunca fuiste mi discípulo! exceptuando dos o tres carreras, enseguida empecé a verte la espalda, je je. Y eso cuando te veía!

LEONIDAS dijo...

"Escuchar a tu cuerpo"...gran consejo, pero qué dificil de cumplir. ¿por qué narices no nos escucha él a nosotros? ¿Cómo convencerle de que tire un poco más? la verdad es que llega un momento que el que manda es él, y se declara en huelga. La parte psicológica ha de ser tan fuerte para aguantar una "Transcatalunya" o un maratón como para aguantar NO hacer ni 10 kilómetros, o incluso más fuerte. Es una de las paradojas de este mundillo, no?
Por mi parte, muchísimos ánimos, para avanzar y sobre todo para estar parado.
Yo sí que me inicié en el running teniéndote siempre como referente, incluso a veces como liebre! sigues siéndolo...a pesar de que he llegado a hacerte sacar la lengua por ciertos caminitos "llanos" de mi pueblo, jejeje
Sal a correr cuando realmente te apetezca y aprende a ir insultantemente lento para poder seguir disfrutando. En este caso te puedo hacer yo de "antiliebre", o mejor dicho de ancla!
Ánimo, quedan muchos kilómetros por recorrer aún!

Salut!

Blogger dijo...

Qué gran consejo: correr insultantemente lento. Pienso aplicarlo!!! A ver si es verdad que haces de 'ancla' un día...