Hoy tocaba tirada larga y, acompañado de Jordi (al que veis con camiseta amarilla), hemos ido a la carretera de les Aigües dispuestos a llanear durante algo más de 20 km. Pero, mira por dónde, nos ha dado por empezar a subir... y, bueno, la cosa se ha convertido en una pequeña aventura. Hemos subido un primer km de infarto (150 m de desnivel en un km) y hemos continuado subiendo hasta el km 3 de forma lenta, sin prisas, porque quedaba mucho.
Una vez en la carretera de la Arrabassada, y con las pilas cargadas gracias a una fuente natural que brota de la montaña, hemos cogido una pista que llevaba hasta Sant Medir, y luego hasta Sant Cugat. Y allá hemos ido, sin querer pensar en lo que nos deparaba la vuelta. Ha sido una gozada correr por caminos silenciosos por donde no había nadie, disfrutando del mero hecho de correr y sentirse libre. El único problema es que eran en total 8 km de bajada, al principio suave y luego algo más intensa... hasta llegar a Sant Cugat. Luego habría que subir...
Así que ya os podéis imaginar: hemos aprovechado la fuente que hay cerca del Pi de'n Xandri para beber y hemos vuelto en dirección a Can Borrell. Esta vez hemos cogido otra pista que parecía más suave, pero, ay, amigo... se acabó la fiesta en el km. 14. Una fuerte rampa, primero de tierra y luego de asfalto, se ha encargado de recordarnos que eso de bajar se acaba pagando con una generosa subida, así que hemos completado una subida nada despreciable de siete kilómetros en total, con un desnivel de 340 metros (desde los 90 de Sant Cugat hasta los 430 del llano del Tibidabo). Sin duda lo peor han sido los km 14-16, cuando las fuerzas empezaban a estar mermadas y la subida castigaba con fuerza.
Hemos probado todos los trucos psicológicos: desde 'hacernos amigos de la subida' hasta acortar los pasos y aflojar el ritmo. Pero os aseguro que no siempre funcionan, jeje. Llegar a la carretera de la Arrabassada de nuevo ha sido como ver un oasis, aunque aún nos faltaban 2 km de subida por asfalto.
A partir de ahí, y cuando llevábamos casi 19 km, ya sólo quedaba lo más fácil: una bajada espectacular hasta la carretera de las Aigües. Hemos aprovechado en el km 20 para hacernos unas fotos y el último kilómetro y medios hemos llaneado.
Al final, nos han salido 22 km con una media bastante lenta (6'25"/km), que por otro lado se corresponde con el perfil, las paradas para beber e incluso una involutaria incursión en una finca particular... en fin, que ha sido una sesión un poco festiva. 2h22' de excursión por las montañas de Collersola.
Lo repetiremos... aunque creo que cambiaremos el primer kilómetro!!
1 comentario:
Muy buen entreno, yo no diría que ha sido una jornada festiva. Que por esa zona hay unos desniveles de narices!. Yo siempre intento evitar meterme por ahí porque ya sé lo que hay, jeje.
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