Hubo un tiempo en que la hegemonía del mediofondo no era cosa de africanos. Eran los años ochenta, y un trío de británicos se disputaba el título de mejor mediofondista del mundo. Eran Steve Cram, Steve Ovett y Sebastian Coe. De vez en cuando se colaba algún español, como José Luis González o José Manuel Abascal, y a veces hasta se imponían. Os dejo el vídeo de una mis carreras favoritas: la final de 1.500 m de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles'84. Abascal no lo tuvo fácil, y aun así se llevó un merecidísimo bronce. No se dejó impresionar por los británicos y dio una lección de estrategia: consciente des carencias en el sprint final, empieza a tirar a 600 metros de meta.
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