domingo, junio 10

"Es la última vez que corro"... y otras mentiras que decimos los corredores

Sudando de lo lindo hacia el km.5. Eran las 12 del mediodía...
¿A que os suena la frase? Es mentira, claro. Todos la hemos dicho unas cuantas veces en carreras que se nos hacen cuesta arriba, durante periodos de largas lesiones o en el penúltimo kilómetro de una maratón (porque en el último, no nos engañemos, ya empezamos a pensar en el siguiente).
El domingo pasado corrí la Cursa del Diable en Martorell, con un perfil tan endiablado como su nombre sugiere, y acabé renegando del día en que me calcé por primera vez unas zapatillas. La sensación acabó cuando empezó la bajada final, y de hecho hoy mismo he vuelto al 'escenario del crimen' para recorrer los caminos de Castellví-Martorell sin prisas ni clasificaciones. Mi cuñado Jordi me ha acompañado, y se ha encargado de recordarme que las subidas, corriendo, son más duras que caminando. En otras palabras, que menos cuento y a apretar los dientes en las cuestas.
Con todo, ha sido una salida memorable. 12 kilómetros en total, que aunque parece un kilometraje corto la verdad es que cuesta cuando sales a las 11-12 del mediodía. No era un recorrido rompepiernas, pero sí exigente: constantes subidas y bajadas, algunas realmente duras, que no te dan muchos respiros.
Es una zona que os recomiendo porque no hay ni un alma, así que es extremadamente tranquilo. Hemos empezado en la pista que sale des de Vall Daina, en Castellví de Rosanes, y nos hemos dirigido (subidas y bajadas) hasta el cruce de las minas de plomo. Una vez aquí, descenso hasta el cruce y tomamos el camino de la izquierda: largo sendero que sigue poniendo a prueba los cuadríceps y, de paso, la capacidad pulmonar del personal. Para rematar, subida intensa. Una vez aquí (km 3) nos adentramos en un sendero por la sombra (uf, qué descanso) y continuamos con el sube-y-baja hasta alcanzar una pista. Desde aquí... nuevamente hacia arriba y así hasta el km.6. Nosotros hemos escogido hacer ida y vuelta por el mismo camino.
Al final, como decía, 12 km para disfrutar de un entorno casi desconocido a pocos kilómetros de Barcelona.
Durante la horita y algo que hemos estado corriendo, nos hemos cruzado con... 0 personas. ¿No os parece interesante?

3 comentarios:

Manuel Tintoré Maluquer dijo...

Es que a esas horas de la mañana y con los calores que está haciendo, la mayoría de los runners ya hace horas que se han retirado a sus aposentos con los deberes hechos, pero como muy dice el refrán, más vale tarde que nunca; ánimo y a seguir; nos seguimos leyendo.

Trirunner dijo...

Ahora que empiezo de nuevo a trotar, a ver si me llevas a esos caminos un día de estos, estoy seguro de que tendré el pensamiento ese de 'es la última vez que corro'... jaja.
Un saludo, crack.

Abuelo Runner dijo...

El hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra... y viéndote a ti, le añadiría... en poco tiempo.