Hace unos años participé en el maratón de Vic. Llegué a meta en un tiempo de 3h29', que no era mi mejor marca. Pero me supo a gloria, porque tuve que sufrir mucho para acabar y porque, al final, conseguí bajar de la barrera de 3h30'. Así que, como os digo, para mí fue un triunfo en toda regla.
Al cabo de unos días, con las piernas aún doloridas, le comenté a un compañero de trabajo que había corrido ese maratón.
- ¿Y cómo quedaste?
La pregunta me dejó algo perplejo, porque a decir verdad ni siquiera se me había ocurrido mirar el puesto (entonces no se llevaba tanto como ahora lo de las clasificaciones en tiempo real). En fin, le contesté que no lo sabía, y que en todo caso habría llegado del montón. Mi compañero se mostró algo decepcionado, seguramente porque pensaba que un tío que salía casi a diario a correr debería ganar todas las carreras.
No perdí mucho tiempo haciéndole entender lo que sentí cuando crucé la línea de meta, o la satisfacción que supuso para mí bajar de 3h30' después de haber superado dolorosamente la tentación de caminar.
No lo hubiera entendido.
Seguro que a vosotr@s os suena esta misma pregunta. Es la misma que os hacen el lunes en el trabajo, después de una carrera más o menos conocida. Nadie os preguntará si os lo pasasteis bien, o si mejorasteis vuestra marca. ¿A quién le importa eso? ¡Son argumentos de perdedor!
En los últimos años he observado que esta tendencia se ha acentuado de forma preocupante. No me refiero a la pregunta -que al fin y al cabo es normal en alguien que desconoce nuestro deporte-, sino a la reacción de muchos de nosotros. Creo que a menudo no estamos a la altura. En lugar de ignorar ese punto de vista profano, nos dejamos llevar por él. ¿Cuántos corredores habéis visto recortando sistemáticamente en las aceras para ganar unos cuantos puestos? ¿Cuántos corredores de 1h50' en la media maratón se sitúan en el grupo delantero entorpeciendo la salida de los que son más rápidos? Por no hablar de los corredores de segundo nivel que deciden recurrir a sustancias dopantes (sí, sí, he dicho sustancias dopantes) para arañar unos minutos a su crono.
Lo peor, en mi opinión, es que ese clima de insana competición -la que nos hace olvidar nuestros propios retos y disfrutar de pequeñas satisfacciones- empieza a calar, y de qué manera, en las populares.
Por el momento, me apena comprobar que casi se ha perdido la costumbre de saludarse entre corredores cuando nos cruzamos por la calle, la montaña o el camino del río.
Eso sí: escuchamos música para motivarnos, no perdemos detalle de nuestra frecuencia cardíaca y compartimos en facebook nuestra última y penosa carrera runtastic.
Amig@s runners: ¿cómo os fue vuestra última carrera? ¿Lo pasasteis bien? ¿Ganasteis vuestra batalla?
Salud y kilómetros...
5 comentarios:
Gran entrada.
No, no es una buena entrada. Es una gran entrada.
Punto por punto te doy la razón en todo lo que planteas. Aunque yo, cada vez más intento verle el lado ZEN a esto, y correr por correr y no andar amargado de lo que dice el crono.
Pero tienes razón, creo que ese "lado oscuro" está calando...
Cuanta razon escrita en un solo post! Es cierto que la gente ajena al running no entienden que corremos por la mera satisfaccion del correr. Y lo de saludarse al cruzarse, al menos por aqui se sigue haciendo aunque siempre hay algun rancio!
Cuanta verdad hay en este post!! Un saludo!!
Ya lo puedes decir alto y claro... sin tapujos, estamos perdiendo lo esencial de este deporte.. que es disfrutar de el en cada pisada.
Un saludo Aureli
Gracias, amigos, por vuestros comentarios. Esta entrada me salió del alma, porque es algo que veo que va a más, y perdemos la esencia del deporte sin darnos cuenta...
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